EL
CIELO Y
EL SUELO
Javier Rubio Nomblot
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sin doblez, sin pretensiones |
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o
lo que es lo mismo: concesiones |
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La
obra de Luis Adalid tiene mucho de crónica negra
y es áspera, dura y oscura. El catálogo de Recitativo
secco, su última exposición en Zambucho
(2005), se abría con la siguiente cita de Eugenio Trías:
"He decidido suprimir, en este libro (...), el componente
sensible y sensual de mi habitual trabajo conceptual-poético
por razón del carácter seco, adusto, ascético
o de "recitativo secco", que tiene la filosofía
primera. Pero hay, creo, también cierta Òsalvación
estéticaÓ para esa belleza dura y nada concesiva".
Si el grado cero de la escritura barthesiano resulta
del advenimiento de "un escritor sin Literatura",
podemos proponer que existen una pintura definitivamente conceptualizada
y un pintor sin Pintura. |
no
ha comprobado por sí mismo que el texto cuenta cosas
que el pensamiento nunca había dicho, ni dice por más
que hable, vocee o gima; y quien no ha dibujado ignora que
el dibujo |
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Una
caligrafía, al fin y al cabo |
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Aunque
la imagen no es lo mismo que la palabra. |
arroja
imágenes que el artista no había previsto y
que a menudo le sobrepasan. |
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O
están por encima de sus propias capacidades y habilidades,
si se prefiere: le sorprende y le excede, no sólo su
contenido, sino también su forma. |
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La
literalidad conceptualista, cuando es mal entendida |
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no
deja espacio para este descubrimiento.
Sol Lewitt declaró que "en el arte conceptual,
la idea o concepto es el aspecto más importante de
la obra, (...) todo se proyecta y se decide de antemano,
la ejecución es una cuestión superficial.
La idea es la máquina que fabrica el arte" (Paragraphs
on Conceptual Art, 1967). Y sin embargo Duchamp, que
está antes y por encima de él, define el coeficiente
de artisticidad de una obra precisamente como la distancia
entre lo que el artista quería realizar y lo efectivamente
realizado.
No nos quedaría más remedio que pensar que
cuanto hay de cierto en las palabras de Lewitt "la
idea es la máquina que fabrica el arte"
es una obviedad y el resto es falso sólo
durante la ejecución se desliza, aparece,
el arte si no fuera porque, efectivamente, en esa
idea troncal está el germen de todos los sucesos
y porque, a qué negarlo, existe también un
arte débil y tramposo, que habla exclusivamente del
virtuosismo y cuya vacuidad es absoluta.
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Un
arte que nace de la inercia, de unas acepciones
que han caído en desuso, que están obsoletas
y ya no sirven absolutamente para nada. |
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Provienen
de la ignorancia pero, paradójicamente, nadie las entiende
realmente. |
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Una
sorpresa, algo inesperado |
es
"el arte" tiene ciertas implicaciones. Y en mi opinión,
la obra de Luis Adalid trata precisamente de ellas. Intentaré
pues referirme a la pintura como construcción |
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Construcción,
no tanto de un objeto particular destinado a formar parte
del relato |
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En
su Estética relacional (2001), Bourriaud define
el arte como un "término genérico que califica
a un conjunto de objetos puestos en escena en el marco de
un relato llamado la historia del arte". Mario
Perniola, en El arte y su sombra (2000), rastrea las
huellas de un arte definitivamente secuestrado por la institución. |
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cuanto
del propio individuo que la realiza. |
y
como descubrimiento, como exploración de aquello
que sólo aflora cuando la idea se expresa como
producto de una dialéctica y que es distinto
de la idea originaria |
Esta
exposición se entenderá por tanto como una exploración
icónica de dos conceptos, el de árbol
y el de ciudad, íntimamente relacionados con
una cierta concepción de lo constructivo; su
columna vertebral es la memoria y sus accidentes ¿el
"arte"? son los medios que el artista ha empleado
para llevar a cabo la prospección. |
¿Por qué crece un árbol?
Erwin Schrödinger propuso, en su famoso ¿Qué
es la vida? (1944) que "la vida es orden basado en
orden": el orden hace posible la aparición de
la vida orgánica y propicia más orden. La civilización
si la entendemos como "materia culta", como
la llama Jorge Wagensberg en La rebelión de las
formas (2004) opera de un modo similar y la ciudad,
entendida como máquina habitacional, es un paradigma
de entorno optimizado u ordenado. En teoría,
en ella debe desarrollarse la vida humana del mejor modo posible,
puesto que es aquel lugar ordenado en el que se producirá
más orden. |
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Se
prevé que en 2010 la mitad de la población humana
vivirá en ciudades. ¿Por qué, si a menudo
la ciudad es un lugar inhóspito e insano? Una razón
es que la máquina ciudad es, como todo mecanismo
sofisticado, un sistema cuyo comportamiento es previsible
Ðtan previsible como el de un semáforo, en el
que se supone que existen soluciones para todos los fallos
imaginables y que es, por tanto, más o menos inmune
a lo accidental y azaroso a la interferencia. |
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Así,
el apocalíptico Paul Virilio prevé y
espera el cortocircuito. |
El
individuo, para desarrollarse como tal, necesitaría
ese orden humano: la ciudad no es un producto natural
sino una creación humana y, al vivir en ella, la vida
del ciudadano absorbe las cualidades de la máquina,
su infalibilidad, su longevidad, su precisión, y de
este modo su vida es, también, una vida lo más
perfecta posible. Una vida, por decirlo de algún
modo, en forma de línea recta.
¿Cómo crece un árbol? En el primer capítulo
titulado significativamente "Orden y propósito
en la naturaleza" de su clásico El sentido
del orden (1979), Ernst Gombrich llamó la atención
sobre nuestra "tendencia a sondear tanto el mundo real
como sus representaciones con una hipótesis de regularidad
que no es abandonada a no ser que sea refutada". Para
él, la contemplación de lo ordenado no sólo
produce placer, |
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"tan
profundamente arraigada está nuestra tendencia a contemplar
el orden como marca de una mente ordenante, que reaccionamos
instintivamente con admiración cada vez que percibimos
regularidad en el mundo natural" |
sino
que el sentido del orden precede a la experiencia:
"el esquema mínimo es construido antes de ser
modificado, o corregido antes de compararlo con la realidad.
Si se me pidiera que reuniese la teoría subyacente
en este libro en una fórmula similar, sería
la de que el tanteo viene antes que la captación, o
la búsqueda antes que la visión. En contraste
con cualquier teoría del estímulo-respuesta,
desearía señalar la necesidad de contemplar
el organismo como un agente activo que busca el entorno, no
a ciegas ni al azar, sino guiado por su inherente sentido
del orden". |
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Y,
también: "No podemos ver netamente ninguna configuración
por así decirlo, porque la tabla en la que los sentidos
escriben sus mensajes tiene ciertas propiedades inherentes.
Lejos de dejar intactos los estímulos que llegan a
ella, los coloca en unas ranuras predeterminadas. Hay una
tendencia observable en nuestra percepción respecto
a las configuraciones simples, las líneas rectas, los
círculos y otros órdenes simples, y tenderemos
a ver tales regularidades más bien que las formas al
azar en nuestro encuentro con el caótico mundo exterior". |
Ahora
bien, aunque no puede negarse que "el mundo que el hombre
ha hecho para sí es, en general, un mundo de simples
formas geométricas, desde el libro que mi lector tiene
en sus manos hasta casi todas las características de
nuestro entorno artificial", |
esa
perfección geométrica se encuentra también
inscrita en el corazón de la vida. |
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"¿Acaso
el mundo natural no exhibe numerosos ejemplos de regularidad
y simplicidad, desde las estrellas en sus trayectos hasta
las olas del mar, la maravilla de los cristales y, más
arriba en la escala de la creación, hasta los ricos
órdenes de las flores, las conchas y el plumaje?" |
Entonces,
¿a qué se debe la irregularidad? "La
breve respuesta a este problema complejo es que en la naturaleza
surge el orden cuando las leyes de la física pueden
actuar en sistemas aislados y sin mutuos estorbos". En
otras palabras: el árbol está programado para
describir, en su crecimiento, una línea perfectamente
recta pero, desde el instante mismo en que el tallo emerge
de la semilla, empiezan a actuar sobre él infinidad
de organismos y fuerzas. |
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El
artista nos proporciona, por cierto, un ejemplo extremo: el
encauzamiento del crecimiento horizontal del almendro gracias
al uso de piedras suspendidas de sus ramas. |
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Definitivamente
imposible de codificar |
del
árbol centenario es producto de una dialéctica,
de la constante lucha entre ese programa y una miríada
de interferencias. ¿Se comporta de un modo similar
la "materia culta", la vida humana, la civilización?
¿Es el proceso creativo del artista una recreación
de esta dialéctica? |
El
árbol que protagoniza esta exposición, que aún
hoy se encuentra en el jardín de la casa donde creció
Luis Adalid, es al mismo tiempo recuerdo y forma de la memoria. |
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"Un
árbol que dice, un ser animado en cuyas hojas susurran
las voces, en cuyas ramas se murmullan sonidos, en cuyo tronco
se representa el corpus de una aventura personal cuya persistencia
le impulsa y le alumbra, y a la que al artista le confiere,
hoy, categoría de emblema" (Eugenio Castro. Cat.
exp. Galería Bisel, 2008) |
Porque
tanto la imagen del árbol como la de la ciudad remiten
al concepto de construcción, organización, distribución
y ramificación: una estantería tiene forma de
árbol; una acumulación de celdillas tiene forma
de edificio y de ciudad. El árbol es una metáfora
e incluso un símbolo de lo jerárquico
pero es, primero, una forma por sí mismo |
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La
que permanece en la memoria del niño. |
y
la ciudad, aunque se construye sobre una retícula,
posee también su nudos o nodos las plazas o los
centros neurálgicos su tronco las
avenidas sus raíces el casco antiguo
y sus brotes frescos en la periferia los nuevos
barrios, en los que se desarrolla lo más característico
de la subcultura urbana, del graffiti a la rave pasando por
la toxicomanía.
Se ha dicho, no obstante, que "estamos cansados del árbol.
No debemos seguir creyendo en los árboles, en las raíces
o en las raicillas. Nos han hecho sufrir demasiado. Toda la
cultura arborescente está basada en ellos, desde la
biología hasta la lingüística. (...) El
árbol ha dominado no sólo la realidad occidental,
sino todo el pensamiento occidental, de la botánica
a la bilogía, pasando por la anatomía, pero
también por la gnoseología, la teología,
la ontología, toda la filosofía..." (Gilles
Deleuze y Félix Guattari. Rizoma. Una introducción.
1976). Y tal vez sea cierto que el desánimo de Occidente
coincida con el agotamiento del esquema arbóreo, de
las categorías, de las clasificaciones, de la jerarquía. |
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El
primer gran árbol es el Arbor Porphyriana o
Árbol de Porfirio, que ilustra la estructura
jerárquica de las substancias. |
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La
obra más famosa de Porfirio (discípulo de Longino
y Plotino), la Isagoge o Tratado de las cinco voces
(s. I), es una introducción a las categorías
de Aristóteles y estudia los predicables: género,
especie, diferencia específica, propio y accidente. |
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Porfirio
sería por tanto el precursor de la clasificación
taxonómica. |
Sin
embargo tales ordenaciones ingenuas chocan, no sólo
con la subversión, la inversión, la transgresión
y la hibridación fenómenos todos ellos
necesarios en la posmodernidad, sino también
con la actual búsqueda de teorías unitarias
que lleva a cabo la ciencia. Y el árbol de Luis Adalid
es, efectivamente, no jerárquico: permite que las
relaciones entre los elementos sean múltiples o aleatorias.
Es más: este árbol, que contiene las palabras
desordenadas de un poema, genera infinitos poemas. El árbol
de Luis Adalid no ilustra tanto la ramificación
cuanto la constelación: las flores y las palabras
aparecen aquí yuxtapuestas, formando una nube una
nebulosa
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"Un
almendro en floración, unas palabras que nada arbitrariamente
podríamos interpretar como sus hojas o sus frutos,
una constelación en fin la de su ramaje
que teje la correspondencia, en un solo ser, de los seres
del mundo" continúa Eugenio Castro. |
y
en ese sentido posee, más bien, propiedades rizomáticas. |
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"El
pensamiento no es arborescente, el cerebro no es una materia
enraizada ni ramificada. Las erróneamente llamadas
"dendritas" no aseguran la conexión de las
neuronas en un tejido continuo. La discontinuidad de las células,
el papel de los axones, el funcionamiento de las sinapsis,
la existencia de microfisuras sinápticas, el salto
de cada mensaje por encima de esas fisuras, convierten el
cerebro en una multiplicidad inmersa en su plan de consistencia
o en su guía, todo un sistema aleatorio de probabilidades,
incertain nervous system. Muchas personas tienen un
árbol plantado en la cabeza, pero en realidad el cerebro
es más una hierba que un árbol", sentencian
Deleuze y Guattari. |
En
efecto: la meticulosa deconstrucción de ese
árbol emblemático que lleva a cabo el
artista |
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Hablaríamos
primero de una multiplicación: son innumerables
las reiteraciones de una misma imagen, de cada fragmento de
ese árbol; luego cada una de ellas es sometida a una
serie de manipulaciones, tanto manuales como mecánicas. |
Está
destinada a deshacer el esquema arbóreo, a generar
nuevas posibles lecturas de la genealogía y la biografía,
de la memoria y de la estructura de la vida. Pero ¿cómo?
¿Por qué? Evidentemente, merced a la poesía |
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Diríamos
mejor que la fe en la poesía |
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Aquí,
son los versos de Antonio Santamaría los que se desensamblan;
también el poeta se presta a la atomización
de su propio poema, a su resurgimiento imprevisible en las
ramas del árbol-memoria del lector. |
Y,
también obviamente, porque cualquier elemento presente
en la naturaleza y en la memoria es un enigma en sí
mismo y sólo cuando ambas estructuras coinciden nace
el sentido. Este es, a fin de cuentas, el propósito
del artista: hallar significados y sentidos en la forma
de las cosas |
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Sentidos
que probablemente no puedan desvincularse de su historia,
de su genealogía. |
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Desde
sus raíces hasta los nuevos brotes. |
Y
para ello cuenta sólo con sus instrumentos de análisis:
el dibujo, siempre, y los instrumentos de observación
y disección que la tecnología pone a su alcance.
El resultado será siempre una metáfora del proceso
mismo y, precisamente porque se nos enseña a apreciar
lo artístico en la calidad de las metáforas
este último trabajo de Luis Adalid, desde su singularidad
y su potencia, explica con total precisión cómo
percibimos hoy. |
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"La
percepción de lo natural hoy en día es mediata
en un grado sin precedentes"
(Thomas Lawson. Citado por Luis Adalid en Cat. Exp. PAC Murcia,
Cartagena 2008) |
ese
mensaje que la vida elabora en su desarrollo. |
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Javier
Rubio Nomblot
octubre de
2008
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