
EL
CORAJE Y LA MUGRE
Ignacio Castro
"I will
speak daggers and use none"
-Hamlet-
Nos
interrogan unos cuadros sobrios, el negro manchando un blanco
a veces teñido por variaciones azuladas, verdosas, rojizas.
Este leve cromatismo no sería tanto un color como las propias
imperfecciones del negro, su más íntima textura.
Los cuadros carecen de grumos y materización porque se
han secado en vertical debido a la falta de espacio en el angosto
estudio donde al artista vive. En estas obras de acrílico
diluido, con textura casi de acuarela, apenas hay empasto, salvo
algún accidente incorporado a la superficie.
El blanco lechoso del lienzo, confundido con la pared, es importante
para que esta pintura respire, pues la agitación de las
manchas necesita un silencio circundante. El fondo lácteo
dialoga con la turbulencia oscura. Un blanco por lo demás
deteriorado, corroído por la duda. Efectivamente, nunca
estamos ante una blancura perfecta, la deseada tabula rasa, sino
asediados por modelos y clichés previos. Hay siempre que
vaciar, excluir, desescombrar.
En este trabajo se borra y se destruye mucho, como si los cuadros
fueran el resultado más de quitar que de poner. Tony Squance
trabaja en quince cuadros a la vez para después eliminar
catorce y quedarse con uno. Aunque fuese aleatoria, esta selección
precisa encierra, como en la fotografía, todo lo que sea
el arte. Vives acosado por la multiplicidad que tu deseo ha generado:
(...)
TEXTO
COMPLETO
-
- - - - - - - - - -
TONY
SQUANCE (Evesham, United Kingdom, 1964)
Tony Squance, británico afincado en España desde
hace trece años, lleva a cabo una indagación apasionada
y sistemática en torno a la condición humana. En
1998, ésta se centró en la observación de
tipos humanos -usuarios del metro de Madrid- captados en el instante
de su más elocuente desconsuelo, apatía, o estupefacción.
En 2000, tal "estudio" adquirió dos nuevas entregas:
una mostraba a un hombre que se restituía a sí mismo
en su aislamiento, en su oscuridad, sin temor ni a la soledad
ni a la exclusión; otra presentaba a un ser cuyo rostro
tendía a hacerse paisaje. En esta nueva exposición,
"Brotes de Violencia" -violencia que siente el artista
hacia tantas cosas, tanto miedos personales como un miedo sincero
por la situación geopolítica- , la fragmentación
abstraída de unas imágenes de partida buscadas y
captadas en la web: fauces de perros ladrando, chorros de petróleo
negro, puentes a medio destruir,... da paso a una convulsión
que arrastra toda referencia originaria hasta su disolución.
En estas grandes pinturas se vuelve a mostrar el nervio expresivo
del artista inglés, su potencia dramática, continuadora
de una moderna tradición británica que con admirable
exactitud y genio ha glorificado, en el drama del sujeto moderno,
el drama del hombre en el tiempo.
TRAYECTORIA
DE TONY SQUANCE